"Señor Torra, le invito a pasar una breve estancia en el Hospital Vall d'Hebron"

Señor Torra,

Sepa que aunque mis ideales e ideas políticas distan mucho de las suyas, yo a usted no le deseo ningún mal. Sin embargo, sí que desearía que tanto usted como sus acólitos tuviesen que pasar una breve estancia en el Hospital Vall d'Hebron para que pudiesen sufrir en sus propias carnes cómo sufrimos el resto de barceloneses el estado de abandono y dejación en que se halla.

La imagen del hospital, otrora puntero y bandera de la sanidad pública, es tercermundista, indigna de los pacientes (en el más literal sentido de la expresión) y sanitarios que allí trabajan. Se encontrará los aseos públicos sin bombillas, manetas y pestillos, los armarios para los efectos personales de los usuarios carecen de las cerraduras con las que hace 40 años se cerraban y los muebles de las habitaciones presentan escasos restos de la pintura que alguna vez debió cubrirlos. El mobiliario se sostiene en gran medida gracias a una buena dosis de esparadrapo, existe una evidente masificación y hacinamiento en las salas de espera y de urgencias e interminables listas de espera.

Déjese ya de malgastar su tiempo y nuestros recursos en desafíos sin recorrido que en nada benefician ni a su persona ni a sus votantes y dedíquese a gobernar. Y ya puestos, le pediría que lo hiciera de igual manera para los dos bandos en los que ha conseguido dividir a la ciudadanía, quizá ganaría más votos con una gestión eficaz.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo.

Por cierto, enhorabuena, lo ha conseguido: me voy de Catalunya, pagaré mis impuestos en otra ciudad que sea hoy tan hospitalaria como antaño lo fue Barcelona.