La playa de El Prat, una discoteca a todas horas

El Ayuntamiento de El Prat de Llobregat parece que utiliza una doble vara de medir en materia de contaminación acústica. Cada sábado y domingo la playa de El Prat se convierte en una discoteca gracias a los chiringuitos: partir de las 19.00 horas el nivel de ruido aumenta de manera exagerada, por lo que incluso a más de un kilómetro de distancia se puede oír perfectamente los bajos de sus altavoces a todo volumen. Es especialmente grave el caso de dos chiringuitos del final de la playa.

En un espacio público de uso comunitario es indignante que se permita este abuso que convierte la playa en una discoteca. Y aún es más grave tratándose de un espacio natural protegido y de un ayuntamiento que se ha hecho famoso por denunciar el nivel de ruido generado por el Aeropuerto.

Proteger el espacio público es una de las funciones de los gobiernos locales, hay que regular y controlar el nivel de emisión de estos chiringuitos para que el ruido no se expanda más allá de su clientela. Los demás usuarios de la playa queremos escuchar solo el ruido del mar.