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"Entre la defensa y la ficción"

Pedro Sánchez y Pepa Bueno en el Telediario

Pedro Sánchez y Pepa Bueno en el Telediario / LA 1

A veces, una entrevista revela más sobre quién habla que sobre lo que ocurre. La conversación que mantuvo Pedro Sánchez, en RTVE, con Pepa Bueno hace unos días me dejó esa sensación: un relato cuidadosamente medido, donde lo personal se impone a lo institucional. Y al final, surge una pregunta: ¿gobernar es un acto de servicio o de supervivencia?

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Uno de los momentos más controvertidos fue su defensa de miembros del Gobierno y de su familia investigados por la justicia. Presentar esos procesos como ataques políticos equivale a deslegitimar la independencia judicial. La justicia importa cuando alcanza a cualquiera, no solo cuando respalda al poder. Negar ese principio transmite la idea de un doble rasero, debilitando el Estado de derecho y la confianza ciudadana.

En el terreno electoral, la contradicción fue reveladora. Pepa Bueno le recordó que en su día exigió a Rajoy dimitir por no aprobar los presupuestos. Sánchez replicó que no convocaría elecciones “para no molestar a los españoles”. Pero votar nunca es una molestia: es el corazón de la democracia. Evitar las urnas proyecta la imagen de un dirigente que confunde estabilidad con permanencia y soberanía popular con un recurso a conveniencia.

En economía, el contraste entre promesas y realidad fue evidente. Hablar de reformas profundas mientras se gobierna con presupuestos prorrogados es hacerlo sin herramientas. La retórica no sustituye a la gestión, y pedir confianza en esas condiciones equivale a solicitar un cheque en blanco que la ciudadanía difícilmente otorgará.

La entrevista dejó la impresión de un presidente más pendiente de la narrativa que de las soluciones. El balance no fue un plan de futuro, sino la confirmación de un proyecto atrapado en su relato. España necesita claridad, coherencia y responsabilidad; sin ellas, la democracia corre el riesgo de convertirse en un escenario donde el poder se vive como patrimonio personal y no como servicio público.

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