Así no, Pablo Iglesias

Algunos, sin tan siquiera formar parte de Podemos, presenciamos atónitos el combate Iglesias-Errejón en Vistalegre II y las semanas que lo precederion. Semanas en las que campañas, como la de #AsíNoIñigo en las redes sociales, pretendían dividir a la militancia convirtiendo la asamblea en todo un plebiscito sobre individualismos.

En mi opinión, Pablo se pasó de egocentrismo entonces, y hace unos días nos dio otra muestra más de ello. Hace unos días, la tertulia política de 'Hora25' de la Cadena SER, presentada por Angels Barceló, se quedó sin representación de Podemos, después de tres años consecutivos con la participación de Errejón. El motivo no fue otro que el veto de la dirección morada, que quiso imponer a Irene Montero en su lugar, en una muestra más de lo que parece ser una "purga" de Íñigo y sus apariciones.

Àngels Barceló respondió a ello dejando fuera a Irene Montero, quien se presentó en el improvisado estudio de la SER en el Reina Sofía con más ánimos de 'show televisivo' que de debate radiofónico, en mi opinión. La presentadora explicó a los oyentes el motivo de la ausencia de Íñigo y, la verdad, creo que no seré el único que, al escucharlo, tuvo la misma sensación que con la campaña #AsíNoIñigo: estupefacción a la par que decepción.

Podemos parece haberse enrocado una vez más en el egocentrismo de la linea dura de Iglesias, encarnada a la perfección por Montero, siendo esta, una vez más, una exhibición de caciquismo y de testosterona por parte de Iglesias, aquel que llevaba a 'La Tuerka' invitados sin imposiciones.

Es en momentos así cuando las prácticas de la nueva política se asemejan tanto a aquellas malas prácticas de los viejos partidos que antes denunciábamos; cuando dejamos de creer un poquito más en las supuestas fuerzas del cambio, y cuando se hace necesario enviar un aviso a navegantes, porque así no, #AsíNoPablo.