"La solución para Barcelona no es generar alarma"

Gobernar la ciudad de Barcelona siempre ha sido una aspiración de toda formación política. A nueve meses de las elecciones nos encontramos ya en el pórtico de la campaña y cada partido va configurando su estrategia. Afloran opiniones, análisis, críticas, debates, reproches y controversias de alta intensidad a las que no son ajenos los medios de comunicación, incluso más de uno posicionándose abiertamente. Nada nuevo.

Que Barcelona es una ciudad con problemas no se debe obviar; el tema de la gentrificación hace estragos y derivan en situaciones no menos grave como los narcopisos. Los manteros es un tema encaminado socialmente pero todavía no resuelto públicamente y tardará; como tampoco es novedoso el comportamiento incívico de gente de aquí, reconozcámoslo, y de turistas que pretenden campar a sus anchas y encuentran el entorno ideal en la época veraniega.

No se trata de turismo de más o menos calidad, sino de acertar en articular una serie de medidas colectivas de todas las instituciones afectadas que consoliden unsa ciudad saludable y amable sin darnos un tortazo con techo y paredes.

Lo que además debe preocuparnos y mucho es la actitud y la reacción ante los problemas y las gravísimas consecuencias según la mirada con que se afronten. Conflictos en una gran ciudad existen, pero la solución no es abrir la caja de los truenos, generar alarma, incentivar el miedo.

Barcelona no es un parque temático, es nuestra querida ciudad, digámoslo sin cortapisas, en la que vivimos, paseamos, trabajamos, convivimos y recibimos a gente. Hay cuestiones que van más allá del posicionamiento político y no deben hiperdimensionarse para generar miedo.

El miedo es la antesala de la xenofobia, de las desigualdades y lo marginal. Mucho cuidado con eso, en especial los que pretenden alcanzar el gobierno de la ciudad a base del desgaste y descalificación sucia de quien ahora gobierna, tremendo error que ocasiona réditos a los que nacieron para golpear la democracia, incentivar el sectarismo, el populismo y pisotear derechos.

No generemos miedo a la libertad, porque es justo lo que alimentan los padres del "orden y libertad" que, en vista de que partidos de la oposición han puesto el río revuelto, han salido rápidamente a hacer de pescadores ganadores.

Se equivocan los que incendian el bosque y aparecen después con la mangueras. No nos quememos, no alimentemos el miedo a la libertad. Ciudadanos se frota las manos.