Por primera vez el fútbol también tiene que bajar a las trincheras

Indemne hasta el día de hoy ante cualquier crisis, los integrantes del mundo del fútbol han vivido ajenos a las repercusiones económicas y, por ende, sociales que las mismas han producido.

Contrariamente a cualquier lógica, la gran recesión del 2008, que generó a nivel mundial una crisis crediticia-hipotecaria y de confianza en los mercados, tampoco afectó a ese mundo intocable, como si de una casta se tratara.

Sin embargo, los intocables se han visto sorprendidos por una crisis, la del coronavirus, que no diferencia entre estatus, entre castas de ningún tipo, y que por primera vez va a llamar al mundo del fútbol a las trincheras con la obligación de luchar como uno más para conseguir un futuro mejor.