El deplorable estado del Palacio de Congresos de Catalunya

Butacas rotas en el auditorio principal, goteras en los pasillos, bombillas fundidas, moquetas destrozadas... Así es como se encuentra actualmente el Palacio de Congresos de Catalunya, un edificio que, en teoría, debe servir -entre otras cosas- para proyectar al exterior la imagen de nuestra ciudad. No deja de sorprenderme cómo un lugar tan emblemático, centro de importantes reuniones de negocios y punto neurálgico para la celebración de actos institucionales se encuentre en un estado tan lamentable.

La semana pasada asistí al congreso para la celebración de un acto de una institución privada, que reunió a dos mil personas. En la entrada principal, el rótulo identificativo (al que le faltan dos letras) ya anuncia la decrepitud del interior. Me parece increíble que un edificio de la supuesta categoría que se le pretende, a pocos metros del Hotel Rey Juan Carlos I y con el que comparte buena parte del servicio que ofrece, esté en una absoluta dejadez.

No entiendo cómo es posible que desde las instituciones no se vele para garantizar unas condiciones mínimas de mantenimiento de un "palacio" que a fecha de hoy de palacio tiene bien poco. ¿Es así como queremos que Barcelona se muestre al mundo?