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Ceuta y Melilla, el drama de nuestra frontera africana

Europa empieza en Ceuta Melilla pero no quieren reconocerlo, ciudades limítrofes y como tal hay que atenderlas no solo en campañas electorales, aunque en esta convocatoria nadie lo haga salvo un ministro supernumerario del OPUS-DEI para quien el predicamento cristiano que dice tener no lo contempla al condecorar la acción salvaje de un puñado de guardias muy preparados contra a un solo hombre para devolverlo tras las alambradas que había cruzado. No son formas de quienes deben velar por la seguridad ciudadana el apalear o cometer acciones aún más reprobables contra un puñado de negros desesperados que han recorrido miles de kilómetros hasta llegar al alambre de espino.

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Pero en África hay dos ciudades europeas separadas solo por un poste fronterizo, siendo la entrada de cientos de magrebíes con la pretensión de dar el salto final a la Europa continental y lugar donde se desarrolla un drama desconocido para la mayoría de los españoles y el resto de los europeos, problema generado no por entrar, sino por el uso por parte de los muchos que entran cuando se encuentran con todo lo que carecen a pocos metros de distancia, su país, Marruecos. En primer lugar una libertad encontrada que mal ejercen, la Libertad se conquista no se regala y ellos en su mayoría nunca han intentado conquistarla para sí o los suyos al aceptar sumisamente la arbitrariedad de un rey y cabeza religiosa de todo un país, de nuevo la religión como fuente de males. 

También en la Sanidad por el cotidiano abuso de ella y su vuelta a casa al otro lado de la frontera, capaces incluso si algún nativo de ambas ciudades cuando se cuelan o exigen atención inmediata  les recrimina esas exigencias mientras están también esperando pacientemente ser atendidos, debiendo de soportar ser tachados de racistas. Habría que tomar medidas si no son residentes, la Sanidad la pagamos con nuestros impuestos y no se niega a nadie, cuando por necesidad hay y se debe atender, pero en Ceuta y Melilla se podría evitar el mal uso de esta práctica identificando a las personas que regresan a su casa al otro lado del paso fronterizo, identificación para pasar el cargo a Marruecos como instigador indirecto de esa práctica, en la Península se dan casos de inmigrantes y nacionales expulsados de la Seguridad Social por llevar más de dos años en paro, notificándoles el cobro de los gastos generados por atención médica, mientras que en Ceuta y Melilla se permiten a los no residentes ni afiliados a la Seguridad Social el abuso de ellas.

Otro gran problema al margen del Sanitario es la residencia otorgada sin permisos de trabajo, trabajo que no hay, las tasas de paro en ambas ciudades son de las más altas de España, fuente de impotencia y frustración que engendran violencia en la comunidad ante la falta de soluciones o salida laboral, y germen del yihadismo radical. Graves problemas que las autoridades no han sabido solucionar y trasladan a los Cuerpos de Seguridad esa responsabilidad cuyos miembros está integrado por personas que sufren los mismos problemas del mal uso de la Sanidad, el paro, y el día a día junto a su familia y el resto de habitantes de ambas ciudades con impotencia. Malestar que algunos miembros de las Fuerzas de Seguridad salvajemente exteriorizan contra unos pocos del otro lado de las alambradas sabiéndolos solos, sin respaldo, personas anónimas con un solo vínculo entre ellas, el color de su piel negra. Triste cuando decimos que somos civilizados. 

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