"Es inaceptable que desde los púlpitos se lancen discursos de odio"

España es un país, por ley, aconfesional y existe una ley, de los tiempos de Suárez, que garantiza la libertad religiosa. Evidentemente, todos tenemos derecho a creer o no creer, el problema viene cuando desde los púlpitos -ya sean católicos, evangélicos, musulmanes, judíos, Testigos de Jehová, mormones...- se práctica un discurso que atenta contra la libertad y dignidad de las personas.

Cuando se denuncian estos discursos, no vale ampararse en la libertad religiosa; precisamente esta ley deja muy claro que las distintas confesiones podrán tener sus normas, siempre y cuando, y aquí es donde pasamos corriendo, no estén en contra de las libertades individuales contenidas en nuestra Constitución. No se pueden permitir los discursos de odio, el adoctrinamiento basado en el sometimiento de la mujer, la condena de la homosexualidad o vender su "curación".

Todos estos discursos tienen que ser denunciados, como hace Abogados Cristianos en otro sentido torticero, y los jueces y fiscales tienen que aplicar la ley ante estos vendedores de odio.