"La cara oculta del encendido de luces"

El pasado noviembre, Barcelona tuvo su espectacular encendido de luces navideñas. Un evento repleto de miles de personas viendo cómo se encendían las luces navideñas que adornan las calles de la ciudad, pero no todo es tan bonito como se ve.

Durante esas horas, la cobertura prácticamente desapareció, y no solo en las calles principales, sino que también en las tiendas de las calles cercanas, donde también había afluencia de gente, pero no tanta.

Finalizado el espectáculo, la gente necesitaba volver a casa, además, sumándole que era la hora en la que los empleados de las tiendas de alrededor finalizaban su turno y muchos de ellos cogían transporte público. Trenes a rebosar, vías en las que apenas cabía la gente, retrasos en los transportes y pocas medidas para la gran cantidad de personas que se cruzaban en ese preciso instante. Como se dice, no todo lo que reluce es oro.