"Nadie debería sentirse solo en una sociedad que dice estar siempre conectada"

La soledad no deseada es una realidad cada vez más presente, aunque siga siendo poco visible. Tendemos a asociarla únicamente a las personas mayores, pero también afecta a jóvenes y adultos que, aun estando rodeados de gente, se sienten solos. Vivimos hiperconectados, con agendas llenas y conversaciones constantes a través de una pantalla, pero cada vez cuesta más establecer vínculos reales y mantenerlos en el tiempo.

Esta soledad no siempre se reconoce ni se nombra. A menudo se confunde con timidez o con falta de iniciativa, cuando en realidad es un problema social. Y las consecuencias no son poca cosa. Esto afecta a la salud mental, al bienestar emocional y a la autoestima. Hablar de la soledad no deseada es el primer paso para dejar de invisibilizarla. Porque nadie debería sentirse solo en una sociedad que presume de estar siempre conectada.