"El silencio no puede protegerte del 'bullying'"

Durante años aprendí a callar. No porque no tuviera voz, sino porque me hicieron creer que mi dolor no importaba. Me señalaron, me humillaron y me hicieron sentir pequeña, rota, invisible. Yo solo quería encajar, pero terminé sobreviviendo en silencio, caminando de puntillas para no molestar. "Son cosas de niñas", decían, mientras por dentro me apagaba. Las heridas no desaparecieron: siguieron latiendo bajo la piel.

Cuando el pasado volvió y la misma persona reapareció, regresaron el miedo y el nudo en la garganta. Entonces entendí que un trauma no se supera escondiéndolo, sino nombrándolo. En terapia escuché por fin la verdad: lo que viví fue violencia, humillación, acoso. 'Bullying'. Esa palabra dolió, pero me liberó.

Hoy, con 32 años, decido hablar. Escribir es mi forma de volver a respirar. Hoy alzo la voz por mí, por quienes aún no pueden hacerlo y por las que ya no tienen voz. El silencio nunca protege. La voz, cuando por fin se abre camino, puede salvarte. Esta es mi historia. Y hoy, por fin, ya no me callo. Que ninguna niña más aprenda a sobrevivir callando. Mamis y papás, no estáis solos: podéis gritar conmigo y con ellos (vuestros hijos).