Sexualidad, amor y emociones

Léase lo siguiente como una reflexión que he observado: se discute poco, siendo elemento importante de la humanidad. Nos solicitan y buscamos temas repetitivos que no atraen la inquietud intelectual. Por ello quiero escribir lo siguiente en la intención de llamar la atención sobre un tema tabú en ciertos sectores de la sociedad.

Hablar de sexualidad sigue siendo una tarea difícil en tanto que, paradójicamente, siendo una de las manifestaciones conductuales humanas más cotidianas y universales de los seres humanos, es tan compleja que elude toda definición, ya que debe ser estudiada o analizada desde puntos de vista biológicos, psicológicos, sociales, morales y existenciales; todo ello de forma simultánea y constante con factores de género, edad, cultura y antecedentes personales.

La inmadurez de las personas ocasiona una confusión frecuente de la sexualidad, la cual defino como el ejercicio de todos los órganos de nuestros sentidos, incluido aquí el sentido del ser, del amor, de la imaginación y el desarrollo del pensamiento. La sexualidad deberá continuar estudiándose bajo el concepto de la psicología evolutiva y nunca separar la sexualidad de la vida moderna.

Ahora bien, el contenido de todos los diccionarios del mundo con respecto a la palabra 'infidelidad' nos lleva a un acto: la traición. Pero la infidelidad no es únicamente el roce de pieles o el encuentro de miradas, ni siquiera radica en la cantidad de amores hechos en otras camas o lugares. El simple acto de negar o traicionar nuestros pensamientos, sentimientos o preferencias es suficiente. Desconocer tu verdad o negar lo que sientes y debes defender es tu primer acto de infidelidad; porque no le mientes a tu pareja, a tu amante o a un amigo, el engaño es a tus ideas, a tu naturaleza.

Se nos critica y castiga con la vergüenza y la censura de nuestros actos al querer descubrir el amor en todas sus facetas y magnitud o simplemente volver a amar. Tendremos que languidecer o apagarnos con el tiempo sin intentar darle intensidad a nuestra vida; habría que preguntar a Sócrates, que prefirió la muerte antes que traicionar la verdad.

Pero la traición a uno mismo tiene que ver con la cobardía. Preferimos obedecer ciegamente las reglas sociales en un descuido imperdonable a las reglas biológicas, y así soportamos el autocastigo de no luchar por las emociones de nuestra naturaleza y quizá la felicidad.

Erich Fromm dijo: Sin la desobediencia no podremos encontrar la verdad.

¿Acaso Newton no desobedeció el pensamiento de su época y desafió a la propia naturaleza?

Sexualidad, fidelidad, infidelidad, amor: indudablemente esta reflexión deberá aderezarse con otro tema, que son los valores morales. Engañarnos a nosotros mismos solo lleva a la frustración.