El anuncio del Salón Erótico de Barcelona: "¿Me he perdido algo?"

Acabo de ver en las redes sociales el espot del Salón Erótico de Barcelona. Un espectáculo pornográfico que se las da de crítica social y que abarca varios temas sociales (inmigración, corrupción, prostitución, pederastia, homofobia...). En él se acaba diciendo: “Algunos no nos rendimos”. Pero, ¿Qué estrategia proponen? ¿La de abrirse de piernas públicamente? Quizás, se me ocurre, sea la de ridiculizar la corrupción o los fraudes fiscales. Pero, y después de la burla ¿qué viene? Se lo diré yo: nada. No es más que humo envuelto en demagogia y crítica destructiva.

¿Qué bien aporta a la sociedad su espectáculo aparte del de ganarse el pan de cada día con la suma de dinero que recauden de él? ¿O no es eso al fin y al cabo lo que de verdad les interesa? ¿Acaso van a solucionar así el problema de los miles de refugiados que llegan a nuestras tierras pidiendo asilo? ¿O van a evitar así las faltas de respeto hacia los homosexuales?

Por otro lado, reírse de las convicciones de una gran parte de la población como si fueran utopías o actitudes del mundo de yupi es poco delicado y refleja amargura personal. Creo en una sociedad de valores y convicciones. La razón de ello no es un consenso, una cuestión político-económica o religiosa lo cual no dejaría de ser una superficialidad.

Me gustaría acabar citando unas palabras que leí y que me parecen una advertencia universal. Para mí la primera. “Mayor gravedad reviste esa perversa satisfacción que se apodera de nosotros al detectar y poner en evidencia el mal con el propósito de justificar nuestros rencores y amarguras. Las personas más críticas (en sentido destructivo) son aquellas cuyo vacío es mayor”. Pero bueno, ya sabéis, solo soy una de esos miles de intolerantes hipócritas. Así que lo que diga, ¿qué más da?