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España, el chivo expiatorio para forjar el movimiento independentista

-FOTODELDIA- GRAFCAT2932 BARCELONA 2/8/2019.- El expresidente de la Generalitat Artur Mas (d), acompañado por la exvicepresidenta Joana Ortega, compareció este mediodía ante los medios de comunicación para anunciar que él y el resto de personas condenadas por organizar la consulta del 9-N recurrirán ante el Tribunal Supremo la sentencia firme del Tribunal de Cuentas, por las que se les embargó sus bienes si no pagaban unas sanciones millonarias. EFE/ Enric Fontcuberta

-FOTODELDIA- GRAFCAT2932 BARCELONA 2/8/2019.- El expresidente de la Generalitat Artur Mas (d), acompañado por la exvicepresidenta Joana Ortega, compareció este mediodía ante los medios de comunicación para anunciar que él y el resto de personas condenadas por organizar la consulta del 9-N recurrirán ante el Tribunal Supremo la sentencia firme del Tribunal de Cuentas, por las que se les embargó sus bienes si no pagaban unas sanciones millonarias. EFE/ Enric Fontcuberta / Enric Fontcuberta (EFE)

En mayo del 2011, se iniciaron protestas masivas en Catalunya para reprochar los brutales recortes en sanidad y educación que estaba poniendo en marcha el Govern de la Generalitat de Artur Mas. Poco después, activistas catalanes violentos decidieron asediar el Parlament.

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Mas, viendo que las manifestaciones en defensa de los servicios públicos podían hacer caer su Govern, jugó con los sentimientos de la ciudadanía y, explotando el victimismo para no debatir de lo importante, buscó un chivo expiatorio que desviara la atención, y lo encontró en España. A partir de ahí forjó una gran mentira manipulando agravios reales e inventando otros que, en tiempo récord y con la ayuda del PP de Rajoy, logró duplicar el número de ciudadanos independentistas a costa de crear un adversario donde no lo había.

La receta es tan vieja como la política: encontrar un enemigo común que acalle la disidencia (Argentina y Las Malvinas, Franco y Gibraltar).

Siendo España uno de los países más descentralizados del mundo, la ciudadanía catalana debería reflexionar sobre quiénes y por qué les han traído hasta aquí.

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