"Ellas no están locas, son víctimas. Ellos tampoco lo están, son maltratadores"

El caso del médico del Colmenar Viejo nos demuestra, una vez más, que los maltratadores machistas no son personas abstraídas de todo sentido común. Que son conscientes de lo que hacen, del daño que impregnan en sus víctimas. Precisamente, ese es su objetivo: herir. Buscan ganarse respeto y autoridad a base de dar miedo.

Una vez más, hemos llegado tarde. Sí, todos hemos llegado tarde. Por cada niño que sufre por su padre machista fracasamos. Por cada mujer que muere, que sufre cualquier tipo de violencia machista, fracasamos. Porque un maltratador nunca será un buen padre. Hemos llegado tarde no solo por no prevenir que esto pasara; sino por no habernos dado cuenta hasta tan tarde. Pero claro, no hay más ciego que el que no quiere ver.

Debemos dejar de pensar que son locos, que están enfermos. Son personas integradas en nuestra sociedad. Respetables, simpáticos, amables, normales. No es cuestión de crear alarma bajo la idea del “podría ser cualquiera”, porque no cualquier hombre es maltratador.

Pero fracasamos cuando no educarnos, en pensar que basta con entender que el lugar de la mujer es fuera de la cocina. Está bien, hay que avanzar poco a poco. Pero hay que hacer más, mucho más.