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La importancia del trabajo social en tiempo de crisis

colaok

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Soy Paula, tengo 29 años. También podría empezar diciendo: "Soy trabajadora social, tengo 29 años". Hace nueve años que me dedico a la profesión que siempre había querido y ahora me surgen dudas de si volvería a escogerla.

Soy demasiado joven en la profesión para haber vivido lo que supuso el derrumbamiento del Carmel, en el 2005. También para la crisis del 2008, aunque viví sus consecuencias en mi familia. En la poscrisis, ya recién graduada, me encontré con la dificultad de entrar en el mercado laboral.

Hoy, en pleno estado de alarma, trabajo en los Servicios Sociales de mi ciudad. Y leo críticas sobre nuestro trabajo en periódicos y veo también movilizaciones de colectivos que piensan que no lo estamos haciendo bien. Entendiendo sus críticas, me gustaría poder explicarles por qué se nos considera un servicio esencial. 

Pienso que los Servicios Sociales somos los hospitales del bienestar social de las personas. Acompañamos a personas que se han quedado sin trabajo, que no tienen red social o que se encuentran en muchas otras situaciones vulnerables. Decidimos con ellas un tratamiento, como haría un médico, para lograr la inserción laboral. También realizamos unas curas, como haría una enfermera, para mejorar su situación económica, y ejercitamos los vínculos sociales para promover redes de apoyo comunitario.

A veces son necesarias las ayudas económicas, pero estas representan solo una pequeña parte de nuestro trabajo. Detrás de cada ayuda, hay una valoración y ninguna es fruto de la arbitrariedad. Tenemos una responsabilidad y una dificultad extra: la gestión del dinero de todos con un presupuesto público limitado.

Ahora, en pleno estado de alarma, sé lo que es vivir una crisis haciendo trabajo social. Ahora conozco desde dentro la importancia de las instituciones públicas en momentos de crisis. Ahora creo en la necesidad de trabajar todos juntos. Ahora sé que ya no tengo dudas. Soy trabajadora social y tengo 29 años.

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