"El odio ciega al PP desde que le maneja Vox"
Pedro Campo Vitoria (Álava)
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Adolescentes en un instituto. / Ferran Nadeu
Frank Pebrett
Cada día, camino al trabajo, me cruzo con jóvenes que hablan entre ellos, se ríen, se cuentan la vida…, y en cada frase, como una especie de estribillo, aparece el “en plan”. Es su muletilla, su refugio, su disfraz. En plan guay, en plan raro, en plan lo que sea. Una expresión ligera que sirve para rellenar los silencios, para darle forma a lo que no se sabe bien cómo decir.
Entretots
Pero mientras abundan los “en plan”, lo que faltan son los planes. Los de verdad. Los que sirven para proyectar una vida con dignidad, para creer que el mañana será un poco mejor que el hoy. ¿Qué planes se les ofrece a esos jóvenes? Contratos basura, alquileres imposibles, un planeta agotado y una política que juega a sobrevivir al día siguiente.
Decimos que son la generación del futuro, pero les negamos el presente. Les pedimos que sueñen, que se esfuercen, que inventen…, pero les entregamos como única herencia la incertidumbre. Quizás por eso repiten “en plan” como quien lanza una cuerda al vacío. Porque no hay relato, no hay partitura. Viven improvisando, sobreviviendo, esperando que algo cambie.
Y lo más terrible es que parece que ya lo damos por normal. Que nuestros jóvenes vivan “en plan provisional”, “en plan mientras tanto”, “en plan lo que salga”. Y así se nos va la vida, y así se nos escapa el futuro. Al final, todo se resume en una amarga paradoja: hablamos mucho de plan, pero vivimos sin planes para ellos.
Participacions delslectors
Pedro Campo Vitoria (Álava)
Glòria Forasté Colectiu Sant Antoni vol Conviure
Claudia Escudero Las Palmas de Gran Canaria
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