"Individualmente somos una gota de agua pero juntos formamos un océano"

Todo el mundo sabe que se ha dejado de hablar de Palestina no porque allí reine la paz y la felicidad sino porque por un momento la sociedad había salido de su aletargamiento y casi se habían tomado las calles. Para el poder, calladitos estamos más guapos. Todo el mundo sabe que con la dimisión tardía de Mazón la herida de muerte de los valencianos y valencianas se ha cerrado en falso, es imprescindible que se depuren responsabilidades penales y que el/la próxima presidencia de la Generalitat surja de la voluntad de un pueblo herido.

Todo el mundo sabe que somos un país donde la mayoría no formamos parte de las élites acomodadas, la mayoría somos simples obreros que dependemos de lo público y por eso estamos obligados a luchar por ello con uñas y dientes: por nuestra sanidad, educación, servicios sociales... Los necesitamos y los necesitamos fuertes, son nuestros, de todos nosotros, y los pagamos con nuestros impuestos.

Quien ofrezca y reclame reducción de impuestos es porque no necesita, o le sobra, lo público. Lo que debemos exigir es que pague más quien más tiene o, simplemente, que paguen y no evadan impuestos. Todo el mundo sabe que el verdadero poder reside en las esferas económicas, pero nosotros, el pueblo, tenemos dos potestades grandiosas: elegir a nuestros representantes políticos, y aquí es indudable que las derechas priman el poder, y la economía frente a las izquierdas, que priman el pueblo y avances sociales.

Y también tenemos nuestra voz, un pueblo con un grito unánime y colectivo es imbatible. Debemos ejercer estas potestades y pensar en global, porque individualmente somos una gota de agua pero juntos formamos un océano.