El invierno ha acabado: pasar el duelo por el final de 'Juego de Tronos'

"Winter is comming", la frase de Ned Stark, es uno de los muchos lemas que nos ha dejado en la cultura colectiva Juego de Tronos desde su inicio en el 2011.

Esta serie ha ido cautivando a la población de todo el mundo, consiguiendo temporada tras temporada batir récords de público, presupuestarios, de revuelo en las redes sociales, etcétera. Y no ha sido menos en el antes y el después de la emisión del último capítulo.

Ha acabado una historia que nos ha acompañado durante ocho años, con sus más y sus menos. Ha habido una diferencia de nivel según las temporadas iban avanzando, cosa innegable y que ha enfurecido a muchos fans. Aunque la última temporada haya sido, en mi opinión, una precipitación de evoluciones de personajes y de hechos (culpando al límite de temporadas marcado para elaborar un mejor guión), es inevitable sentir un vacío al ver los títulos de crédito del capitulo final. Ayuda que personalmente temía un final peor, pero ha sido satisfactorio sin ser el mejor posible.

Ha terminado una relación larga, tenemos que pasar el duelo, pero Juego de Tronos ya pertenece a la historia de la televisión y de la cultura en general.