De la democracia a la demagogia

Teoricamente, la democracia es un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del mismo a elegir y controlar a sus gobernantes. En la practica, la democracia se transforma en demagogia: "Dominación tiránica del pueblo a través de halagos, mentiras, falsas promesas que son populares pero dificiles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política".

Teoricamente, un político es alguien que vela por el interés general de los ciudadanos dentro de una ética profesional de servicio al pueblo y no hacia sí mismo, y que, como representante de su electorado, debería encargarse del mantenimiento, la gestión y la administración de los recursos públicos.

En la práctica, un político es una persona dada al uso ilegítimo de información privilegiada y el patrocinio, los sobornos, el tráfico de influencias, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo. A cambio de estas cualidades recibe un trato privilegiado, una buena renumeración y una insultante impunidad.

Teoricamente, un votante es la persona que expresa apoyo o preferencia por cierta moción, propuesta, candidato, o selección de candidatos durante una votación, de forma secreta o pública. En la práctica, un votante es un mamífero doméstico de tamaño relativamente pequeño creado para alimentar parásitos, cuya principal habilidad consiste en dejarse manipular y al que, si se le añadiera lana y cuernos, pasaría a llamarse 'borrego'.

Si tenéis que votar, que sea una pelota y recordad que si el voto sirviera para algo estaría prohibido.