Puigdemont merece otro final

En la biografía de Carles Puigdemont hay muchas cosas. Ha sido periodista y alcalde de Girona, pero, la más importante es que fue President de la Generalitat de Catalunya.

Su reclusión en Alemania, como cualquier otra de este tipo (encarcelamientos provocados por temas políticos), me ha entristecido. La intensidad de este especial dolor va unido al recuerdo de sus últimas actuaciones en diversos países europeos. En sus conferencias, Carles Puigdemont, obviamente sin querer, ha emborronado el currículo de Catalunya. Se ha comportado con la misma frivolidad y desparpajo que, de estudiantes, yo y mis amigos lo hacíamos en Sitges durante los años 60 del siglo pasado buscando a interlocutoras europeas de ojos azules. Pero, la diferencia es abismal y clara: nosotros éramos jóvenes y nuestro país era fascista y, hoy, Puigdemont ya no es un estudiante y España es un país democrático miembro de la UE.

Insisto, siento mucho su encarcelamiento, pero me hubiese gustado otro final. Algo similar a lo del Vicepresident Oriol Junqueras. Un desenlace igual de triste, pero, lleno de dignidad y ética. Lo digo con todos los respetos.