"La ultraderecha en todas partes"

Quien diga entender lo que está pasando con la ultraderecha en España, en Europa y en EEUU, nos engaña, no hay forma de entenderlo. Con simplezas y muchas ganas de engañar pueden decirnos que es cosa de la manipulación de las redes, de los mensajes repetitivos y contundentes, en las pantallas individuales, contra el entendimiento y el respeto mutuo entre personas y grupos, pero en realidad es la absoluta torpeza de todos aquellos electores que no quieren enfrentarse a su realidad de tener una vida irrelevante, que pretenden que sea extraordinaria ejerciendo la fuerza contra los 'otros', contra los diferentes.

Sabemos que quienes acumulan riqueza no la van a repartir, cada vez vamos a ser más pobres, y la vida será más aburrida. No hay lenitivo ni real ni virtual para esta desigualdad sistémica y absolutamente funcional para el mercado y para la propiedad privada acumulable, en la que se fundamenta la economía capitalista.

No vamos a vivir una última gran aventura final, ni nadie entre los nuevos profetas y dictadores potenciales puede garantizar que nos sentiremos plenamente integrados en un grupo o en una nación antes de morir por ella. Todo eso se acabó. Tendremos que ser capaces de reclamar la dignidad humana de vivir sin soportar la sumisión de unos hombres por otros, y después que cada uno se enfrente al sentido que quiere darle a su existencia e intente hacerla creativa y divertida, sin imponer a nadie sus fórmulas.