"No quiero visitarme con una doctora que, sin conocerme, me grita y no me escucha"

Soy una señora jubilada, que vive en Barcelona. El año pasado fui a mi médico de familia, muy buen médico y mejor persona, a causa de inestabilidad y un ligero temblor en las manos. Me derivó al especialista de neurología, al centro Germanes Hospitalaries, el antiguo Hospital de San Rafael.

Me programaron la primera visita para el 30 de enero de este 2025, pero ha sido cancelada varias veces por diferentes motivos hasta el pasado 30 de mayo, que acudí a la visita con la neuróloga asignada acompañada por una de mis hijas. Cuando mi número apareció en la pantalla, salió la doctora a la sala de espera gritando, diciéndome que no me visitaba, que ya me había visitado el 4 de marzo y que no me visitaba de nuevo, para mi sorpresa y, también la de todos los pacientes de la sala.

Tratamos de explicarle que era mi primera visita y que no tenía mi historial: no quiso escucharnos y cerró la puerta de su despacho. Ante esta situación, nos dirigimos a poner una queja. El personal fue atento y trató de explicarle a la doctora su error, pero yo ya no quise visitarme.

He solicitado un cambio de neurólogo y espero no tener que esperar cuatro o cinco meses más para la nueva cita médica. Esta doctora es neuróloga, es decir, trata enfermedades nerviosas y se le presupone una mínima empatía hacia sus pacientes.

Creo que se confundió de paciente, pero su actitud no tiene ningún tipo de justificación y, además, no hubo ninguna disculpa. Podrá tener estudios universitarios y conocimientos médicos, pero no tiene educación: así no se trata a los pacientes.