"El terrorismo y el genocidio son actos criminales, nunca legítima defensa"

La triste realidad es que las personas secuestras por Hamás, convertidas en rehenes en la guerra contra los sionistas, sufren las consecuencias de la crueldad que esto significa. Hamás merece un calificativo deleznable, porque con esto, ha expuesto además, a la población palestina, que dice defender de los a su vez deleznables actos de crueldad extrema de Netanyahu y de los que le apoyan dentro y fuera.

El propio Netanyahu, que dirige el extremismo sionista que dice también defender a su pueblo, en realidad es también culpable de mantener la cautividad de los rehenes al no dar prioridad a negociar su liberación. Los usa para legitimar la política de descarnado exterminio sin ambages del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania, que de hecho lleva ya secuestrado por Israel hace bastante tiempo, y al que hasta ahora ha ido aplicando sistemáticamente métodos de eficaz eliminación, pero que levantan menor condena y alarma por la crueldad más contenida.

Los rehenes se han convertido en la “moneda de cambio” que usan los palestinos extremistas, "terroristas de Hamás" y los "genocidas" del extremismo sionista que gobiernan, para jugar la siniestra partida disputando dominar el relato maniqueista de buenos y malos, de cara a sus seguidores y la opinión pública mundial. Todo esto bajo el paraguas de Trump, en su particular derroche histriónico como si de un 'reality show' se tratara, lleno de 'gags' morbosos e humillantes para los concursantes, ahora representados por jefes de gobierno sometidos a la exhibición narcisista y ególatra de un vacuo personaje sin dignidad.

Y la contemplación cobarde y cómplice de los Emiratos, califas y reyes de los ricos en petrodólares de Oriente Medio, que a su vez se cuidan mucho de arriesgar su privilegiado 'estatus quo'. Mantener sus riquezas y el poder que de ellas se derivan en un mundo donde la mirada y el sentimiento de humanidad y decoro esta en devaluación. El terrorismo y el genocidio son ambos actos criminales, nunca legítima defensa.