Sobrevivir a la graduación

Todos los alumnos esperan su graduación con gran entusiasmo, incluso en ocasiones, con desespero, ya que simboliza el final de una etapa educativa, la despedida de muchos compañeros con los que han compartido todo tipo de experiencias.

Yo quiero explicar desde el punto de vista femenino, la realidad de lo que implica una graduación. Siempre se siente muy lejos el día esperado, pero cuando te quieres dar cuenta, estás a dos semanas de la graduación. Necesitas comprar la vestimenta, y eso puede llegar a resultar agobiante.

Los pasos a seguir son: primero, pensar en qué quieres ponerte dentro del amplio abanico de la moda: vestido, mono, pantalón, traje... Una vez escogido, después de asegurar tu conjunto, toca pensar en los accesorios ya que, increíblemente, hay muchos más collares, pulseras y pendientes de los que conocías, y tienes la ardua tarea de elegir. Cuando parece que todo está listo, todavía queda el peinado y el maquillaje: ¿pelo suelto o recogido? ¿Maquillaje extravagante o discreto? E infinitas preguntas más que van surgiendo.

Por fin llega el día de la graduación. Se supone que es un día de alegría, diversión, sin preocupaciones... Pero no, aparece un gran problema: los tacones, una gran perdición para muchas y que despierta el temor a caerse en la ceremonia. En definitiva, esta es una graduación cualquiera para una chica cualquiera.