"El papa Francisco no acabó con la pederastia en la Iglesia y León XIV no genera mejores esperanzas"

Estos días de cambio de papado abundan las alabanzas al papa Francisco, incluyendo sus acciones sobre la pederastia en la Iglesia. Como víctima, no puedo estar en más desacuerdo. Amables declaraciones (a veces) pero pocos hechos verdaderamente efectivos y reparadores.

Nunca ordenó ninguna investigación seria e independiente para identificar, hacer público y castigar a todos los responsables del encubrimiento en la Iglesia, verdadera causa de que este infierno se extienda durante décadas. Ni abrió sus archivos a la justicia civil para identificar nuevos casos o resolver los ya denunciados.

Eso sería lo único verdaderamente reparador, lo demás son palabras vacías, cuando no ofensivas, como cuando en la entrevista con Évole, preguntado sobre la inacción de la Iglesia todo este tiempo, respondió: "Toda época tiene su hermenéutica".

Llamar "hermenéutica" al encubrimiento de agresiones sexuales a niños y niñas por curas pederastas que los tenían a su cuidado, ¿pensó un segundo en lo que sentiríamos las víctimas al oír sus palabras? De nuevo poniendo el interés de la Iglesia por encima de las víctimas, exactamente lo que hizo que, pudiendo, no quisieran acabar con este infierno.

Y el nuevo papa León XIV no genera mejores esperanzas, al contrario. Acusado por algunas víctimas de proteger durante su estancia en Perú a sus agresores. Negándose como jefe de los obispos en Roma a dar nombres de obispos encubridores.

Diferentes papas, mismo encubrimiento. ¿Hasta cuándo? Mientras no reconozcan el encubrimiento sistemático y abran sus archivos a la justicia civil, que se guarden sus declaraciones y su mala conciencia, si es que la tienen, para cuando se encuentren ante el Altísimo, pero a las víctimas que no nos desprecien y ofendan más.