España, un desafío moral

Ante la creciente sensación de incompetencia democrática promovida por la incapacidad de nuestro Gobierno para interpretar, de manera efectiva, el resultado de las elecciones, los partidos independentistas aumentan su discurso y utilizan la crisis política española a su favor. La pasada semana en los debates de investidura el PP no dudó en resaltar la necesidad de unión nacional en España para luchar contra el independentismo.

No es la primera vez que alguien de dicho partido tacha de “anticonstitucional” el movimiento rupturista catalán. Sin embargo, es curioso como prefieren dar importancia a la cuestión territorial antes que enfocarse en otras injusticias también anticonstitucionales que están ocurriendo en España, como la anticonstitucional falta de empleo, o la anticonstitucional falta de viviendas dignas, también cabe nombrar el saqueo sistemático de los fondos públicos, o la 'ley mordaza', ley que viola doce artículos de la Constitución.

Y es que el desafío de España no es territorial, sino moral. Puestos a perseguir actos anticonstitucionales, las miradas no deberían dirigirse a Catalunya, sino a la sede de aquellos partidos que con sus actos violan las leyes que protegen a España y a los españoles.