Por una escuela nueva

Me parece genial que desaparezcan los libros, los horarios y los exámenes. Ya va siendo hora de que nos deshagamos de aquella educación basada totalmente en teorías conductistas en que la principal figura de la enseñanza es el profesor y no el alumno, que es como tendría que ser. Una escuela sin libros ni horarios hará que el aprendizaje se base totalmente en los intereses del niño, que él sea el que decida qué quiere aprender, cómo y cuándo... Así podrá desarrollar todas sus capacidades de manera transversal dando un verdadero significado a sus aprendizajes. ¿De qué me sirve hacerles exámenes y ponerles miles de deberes cuando el niño simplemente cumplirá con la tarea por obligación, simplemente para no suspender o no llevarse un castigo y a los dos días olvidará todo aquello que ha hecho porque no le habrá puesto ningún tipo de interés. Es muy sencillo: en una escuela tradicional con teorías conductistas y por supuesto a favor de los libros y los exámenes, los niños estarán trabajando principalmente su capacidad memorística repetitiva; en una escuela sin libros ni exámenes estaremos trabajando las múltiples inteligencias y capacidades del niño, favoreciendo que los aprendizajes que realice le sean realmente útiles a lo largo de su vida.