Contingut d'usuari Aquest contingut ha estat redactat per un usuari d'El Periódico i revisat, abans de publicar-se, per la redacció d'El Periódico.

"Ser mujer y tener treinta: expectativas y precariedad"

"Ser mujer y tener treinta: expectativas y precariedad"

Shutterstock

Ser mujer y tener treinta años en España significa cargar con expectativas que a veces no coinciden con nuestra realidad. A muchas aún nos siguen diciendo cosas como "ya toca" tener estabilidad, pareja o hijos, como si la vida tuviera un calendario que no debemos retrasar. Mientras tanto, muchas de nosotras seguimos viviendo con nuestros padres porque el alquiler es imposible de asumir y los trabajos temporales no nos permiten dar un paso real hacia nuestra independencia.

Entretots

Publica una carta del lector

Escriu un post per publicar a l'edició impresa i a la web

Pero esta presión no se reparte por igual. Cuando un hombre de nuestra edad no se ha independizado se suele decir cosas como "las cosas están difíciles para todos". Pero, cuando es una mujer, el juicio es más duro, cuestionándose su responsabilidad o capacidad de tomar decisiones. Todavía se da por hecho que seremos nosotras quienes cuidemos, sostengamos y llevemos la carga mental del día a día.

Esta mezcla de exigencias externas y precariedad provoca que muchas sintamos que vamos tarde, aunque en realidad estamos haciendo todo lo posible. A veces se interpreta como falta de ambición, cuando en realidad es cansancio por sostener demasiado con tan pocos recursos. La culpa aparece cuando no debería, porque no siempre se entiende que no todas partimos del mismo punto.

La igualdad también pasa por cuestionar las expectativas silenciosas que recaen sobre nosotras. No estamos pidiendo milagros, solo que la mirada hacia las mujeres jóvenes sea más justa y consciente de la realidad que estamos viviendo.

Participacions delslectors

Mésdebats