"Reglas y reglas"

Los aires que se respiran en las Cortes y los juzgados de España son un fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos y en la que nos relacionamos. El hecho de que sus señorías se reúnan en recintos leoninos y a veces barriobajeros (bajo un sistema electoral discutible) no basta para tener un sistema justo y democratico; tamizado con el veredicto de las leyes a posteriori.

En las cámaras legislativas hay fricciones crónicas, provenientes de heridas fratricidas del pasado, y polarizadas por leyes de memoria histórica no beneficiosas para que afloren la concordia y la oratoria respetuosa. Olvidan la ética y las reglas de la postergada filosofía, basadas en la verdad milenaria del saber contrastado, y las abandonan en pro del odio y la poca educación dialogante. Por suerte, somos estados de materia condenados a deambular por el cosmos, regidos por otro tipo de reglas.