¿Los laicos pueden ser santos?

Me preguntaba por qué el Papa últimamente propone o aprueba modelos de santidad de personas laicas. Beatificar o canonizar a un sacerdote o una religiosa podría considerarse dentro de la normalidad, siempre que cumpla las condiciones establecidas por las Causas de los santos. Pero últimamente merecen especial atención esos fieles de la Iglesia que en su quehacer ordinario han alcanzado la santidad. Desde jóvenes adolescentes, personas que por su profesión han buscado un compromiso social dentro de su vida cristiana y también matrimonios.

La respuesta la he encontrado en la encíclica Gaudete et exultate del mismo Francisco. Aunque constata que es poco frecuente la vivencia de la condición laical con sentido vocacional, y que por otro lado la condición secular es la predominante en el pueblo de Dios, advierte que la vocación al amor (a Dios) puede ser recibida, acogida y vivida en el matrimonio y en el ejercicio de una profesión civil que tiene la intención de dar gloria a Dios y servir a los demás. Es lo que dijo animando al pueblo fiel, con ocasión de la última beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri: santidad en la normalidad.