"Un liderazgo tóxico puede contaminar una organización entera"

Llevó más de 15 años de carrera en el mundo de RRHH, he vivido muchas situaciones, acompañado a muchos líderes y, sobre todo, en este tiempo no he parado de observar. El comportamiento humano muchas veces me hipnotiza y desde la posición de los Recursos Humanos soy espectadora de primera fila, lo que me da el privilegio de la primicia.

Con esta introducción, mi objetivo es solo que el lector entienda que hablo desde la experiencia de quien ha vivido muy de cerca qué implica un liderazgo tóxico y cómo puede contaminar a una organización entera. Tuve el privilegio (sí, privilegio, porque me enseñó lo que nunca seré y lo que nunca querré cerca) de trabajar en una organización donde la dirección era el peor enemigo del empleado. Donde el miedo sobrevolaba en cada reunión, en cada nueva idea, en cada explicación y, al fin y al cabo, donde esa era la cultura.

Me vi normalizando cosas que ahora me asustan y representan todo lo contrario a lo que soy y defiendo. ¿Y cómo consiguieron anularme? Es una pregunta que ronda frecuentemente en mi cabeza. ¿Un líder tóxico te somete? ¿El miedo puede conseguir que te conviertan en marioneta y muevan tus hilos? Escalofríos…

Ahora me parece imposible pensar algo así, pero entonces, yo era esa persona. Veía cosas que éticamente me chirriaban pero seguía, miraba de refilón porque era idea del líder, porque el líder sentenciaba y había que obedecer en una organización donde el líder corrompe… ¿Quién puede abrirte los ojos? ¿Quién te salva cuando, el que debe ser tu mentor, te lleva al infierno?