La rémora del franquismo entre la judicatura española

Me parece increíble que en pleno siglo XXI existan jueces tan extremistas y franquistas en la judicatura española. Es obvio que los magistrados, como personas de carne y hueso y con libertad de pensamiento, tienen sus inclinaciones políticas, pero no me parece tan sano para la salud democrática el grado de comunión de una parte de ese colectivo con un régimen que devastó nuestro país a todos los niveles. El espíritu de la democracia se les atraganta a algunos.

Y esto viene a colación por la medida que ha tomado un juez, a diferencia de las que han tomado otros juzgados, de aplicar la suspensión cautelar de la exhumación de los restos de Franco decretada por el Gobierno y convalidada, conviene recordarlo, en septiembre de 2018 por el Congreso de los Diputados -sede de la máxima representación de la soberanía popular-.

La familia Franco, su Fundación y otras organizaciones afines y particulares han recorrido un gran número de juzgados de Madrid interponiendo una cascada de recursos contra la licencia urbanística que autorizó las obras para llevar a cabo la exhumación, con la clara estrategia de que alguno de esos recursos fuera asignado (azarosamente o no) a un juzgado proclive a su fines y obstaculizar lo máximo posible el proceso. Et voilà, ¡casualidad! Hubo suerte. El juez José Yusty, titular del juzgado de lo contencioso-administrativo n° 3 de Madrid, e hijo y nieto de almirantes franquistas, se cruzó en el camino y le recayó uno de los recursos. Este personaje es conocido por sus ataques furibundos a la Ley de Memoria Histórica, entre otras cuestiones polémicas que ha protagonizado. ¿Para cuándo la implantación de un plan de formación integral en la judicatura de este país en materias como igualdad, violencia de género o memoria histórica? ¿O la jubilación anticipada de aquello/as togado/as que no comulgan con un Estado de derecho y democrático del que forman parte?