"La lucha contra el coronavirus no es una guerra"

La lucha contra la covid-19 no es una guerra. Ni siquiera como figura retórica cabe la comparación. Para la guerra estamos suficientemente preparados; ante "amenazas infinitas, imprevisibles y cambiantes" nos creemos legitimados para utilizar la fuerza, incluso preventivamente y de la forma más brutal posible, para que los muertos los ponga sobre todo el enemigo, al que previamente hemos cosificado para deshacernos de él, por ser contrario a nuestros intereses, sin problemas de conciencia moral, ni de opinión pública.

En la pandemia contamos los muertos, los nuestros y los ajenos, como propios; no identificamos un enemigo al que masacrar, para someterle y como advertencia contra otros enemigos posibles; tampoco identificamos aliados porque cualquier infectado representa un peligro. Esto es una catástrofe y saldremos de ella, no combatiendo, ni siquiera compitiendo por una solución en el mercado, sino cooperando solidariamente. Es la única forma de que la siguiente nos pille preparados