"Solo desde la fuerza colectiva construiremos una sociedad más humana, justa, inclusiva..."

Nos quejamos incesantemente -con no poca razón- de que las políticas que se llevan desde los mismos gobiernos, desde las naciones dominantes, las empresas y otros colectivos restringen nuestra autonomía individual. El punto óptimo para la construcción de una sociedad justa y sana es difícil de definir, pero cada uno tiene la posibilidad de intervenir en lo común desde su propio yo.

Pedimos que haya paz en el mundo pero, ¿cuidamos de la paz, de la confianza, de la seguridad física y emocional de nuestro hogar, con los hijos, la pareja y demás familia? ¿Lo hacemos en el trabajo, con los amigos y demás lugares de encuentro?

Se trata de elegir entre la egolatría o la generosidad, el odio o el amor, el pesimismo o la confianza, el abuso o la igualdad y un largo etcétera. Todos y cada uno sumamos, somos una fuerza colectiva. Desde este convencimiento podremos construir una sociedad más humana, más justa, más inclusiva, más solidaria, más pacífica...