CRÓNICA

Rock cósmico y alma jonda

Soleá Morente y Los Evangelistas mostraron su intensa sintonía en Badalona

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JORDI BIANCIOTTO
BADALONA

Hace tres años, Los Evangelistas se lanzaron a la aventura de retomar el diálogo de flamenco y rock que Enrique Morente esbozó en Omega (1995) y llevarlo a un nuevo estadio, trabajando texturas, ritmos y ambientes con un ánimo trascendente. La progresiva entrada en escena de Soleá Morente, la hija mediana del cantaor, ha aportado un nuevo brillo a la operación, como comprobamos en el recital conjunto que ofrecieron el sábado en el Teatre Principal, de Badalona, en la noche de apertura del festival Blues & Ritmes.

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La banda integrada por miembros de Los Planetas y Lagartija Nick comenzó construyendo su muro de sonido cósmico a través de tres canciones, Gloria, En un sueño viniste y Decadencia, procedentes de aquel primer disco, Homenaje a Enrique Morente. Adaptaciones del cantante granadino que, en sus manos, pese a las distancias formales, conservaron una espiritualidad jonda trasladada al terreno de un rock corpulento y emotivo, con un punto de fuga de raíz psicodélica, a base de guitarras intensas, las voces alternadas de Jota y Antonio Arias, y los teclados de ciencia ficción de J. J. Machuca. Todo quedó dispuesto para que Soleá Morente entrara en escena aportando su voz luminosa y desprendida a piezas envolventes, planeadoras, como Malagueña de la Trini Yo poeta decadente. Con un canto liberado de la ortodoxia flamenca, de una esbeltez que brindó un sustancioso contraste con instrumentaciones tendentes a una deliberada opacidad.

TOQUE DE LA BIEN QUERIDA  / Concierto in crescendo, que alcanzó cumbres de alta intensidad en un tramo que, a través de Dormidos (cita al minicd Encuentro, del 2013) y Alegrías de Enrique, tocó techo con La estrella y Donde pones el alma. En los bises, Soleá Morente dejó de lado la versión de Hey, that's no way to say goodbye, de Leonard Cohen, que grabará en su primer disco en solitario, pero sí avanzó otras dos piezas, Nochecita sanjuanera Todavía, ambas compuestas por La Bien Querida, que decantaron el rock jondo hacia un sugerente romancero popular. La asociación promete.