'Terminator' y la asunción humana de la supremacía de las máquinas

Comentando con mi hijo de 9 años una reposición de la película Terminator y sus lógicas preguntas sobre la relación entre humanos y máquinas, me hizo reflexionar si directamente la humanidad ya ha admitido la supremacía de las máquinas, me explico.

Los ciudadanos hemos asumido, con toda naturalidad, que una máquina esté inoperativa, esto es, sin prestar servicio; mientras esa misma permisividad no es aceptada para las personas. Nosotros no podemos dejar de hacer nuestro trabajo, estar enfermos sin un certificado y si esto se prolonga en el tiempo hasta se puede cuestionar la necesidad del puesto de trabajo, en cualquier caso, hay una merma en el salario.

No ocurre lo mismo con las máquinas; que se paran, estropean o pierden parte de sus capacidades durante días, semanas o meses y no pasa nada, es más, la gente asume de forma natural que no están operativas incluso cuando su precio de compra es muy superior en comparación al salario que percibiría una persona por hacer el mismo trabajo.

Esto sucede habitualmente con máquinas de parking, expendedoras de billetes de tren o metro en modo “estoy de baja” hasta que un técnico, humano en este caso, las ponga en funcionamiento. Pero ese tiempo improductivo no afecta a la percepción que de ellas tienen sus empresas o sus clientes ni si quiera se cuantifica. ¡Ay! por el contrario, si no encontramos en 2 minutos a una persona, un humano, que no se encuentre de cara al público, un vendedor, un policía, un taquillero…

Creo que los humanos hemos cedido de buen grado derechos y puestos de trabajo a máquinas que no deberíamos haber aceptado, sobre todo porque, en este caso, juegan con ventaja, se estropean y no pasa nada. De los bancos ya hablaremos.