Redes sociales: se ha desvirtuado un poco la palabra "amistad"

En un corto periodo de tiempo, hemos visto como las tecnologías han ido avanzando muy rápidamente, y estas han provocado grandes cambios en nuestra forma de vida y de relacionarnos. Pero, ¿podríamos decir que todos estos cambios han sido positivos?

Antes los jóvenes no disponían de estas tecnologías. Si tenías algo que contar a tu mejor amigo, tenías que quedar en persona. Durante el verano, los novios recurrían a esas maravillosas cabinas de teléfono si querían tener un poco de intimidad para conversar. Los grupos de amigos se reunían en la calle, donde pasaban horas jugando a la pelota, a las cartas, donde comentaban el último capítulo de la única serie juvenil que daban en la televisión, la cual veían todos, se reían con sus anécdotas hasta que sus padres les llamaban desde el balcón de casa, para avisar que era tarde.

Cómo ha cambiado todo desde entonces. En solo tres decenios, hemos pasado de eso a la inmediatez que nos ofrece el mundo virtual. Ahora, si tenemos algo que contar, simplemente debemos presionar un botón para enviar un audio. Para quedar con los amigos es tan fácil como crear un grupo de WhatsApp, y en tan solo unos minutos has organizado la salida, o directamente, si no nos apetece salir de casa, podemos hacer una video llamada en la que podemos vernos las caras aunque sea a través de una pantalla.

En mi opinión, las nuevas tecnologías de comunicación han sido un gran avance en nuestra sociedad. Nos han facilitado mucho la vida, pero como parte negativa creo que hemos perdido humanidad a la hora de relacionarnos con los demás, de socializar. Se ha desvirtuado un poco la palabra ‘amistad’. En una red social, todo el mundo puede ser amigo de alguien aunque no sea real. Cada vez nos sentimos más a gusto comunicándonos a través de una pantalla, perdiendo así el contacto visual, los gestos, la gesticulación.

Las redes sociales facilitan la comunicación, pero a veces también la puede alterar. A muchos les puede generar una obsesión, una necesidad de estar siempre conectados, publicar todo lo que hacemos perdiendo así nuestra intimidad y privacidad. Vendemos una imagen que muchas veces no es real, ya que en redes solo mostramos lo positivo de nuestras vidas, lo bonito, lo cual incluso provoca frustración y tristeza en la gente que no puede conseguir lo mismo. ¿Creéis que nuestras relaciones personales son mejores que antes?