Puigdemont: falta de argumentos y excusas de mal pagador

Poco a poco las entresijos del 'procés' se van aclarando. Dicen que el tiempo va colocando a cada uno en su lugar. Y el presidente Puigdemont lenta pero inexorablemente se va acercando al sitio que el destino le tiene reservado por los méritos conseguidos. Estos no son otros que su negativa a acudir a la conferencia de presidentes autonómicos para defender la financiación fiscal de las autonomías. El otro, su negativa a defender en el Congreso de los Diputados el derecho de Catalunya a celebrar un referéndum con el pretexto de que solo acudirá a la Cámara si el Estado acepta ese referéndum.

Señor Puigdemont, usted sabe muy bien que ni Rajoy ni el Gobierno ni el mismísimo rey Felipe tienen autoridad para aceptar o pactar una consulta independentista. La soberanía reside en el pueblo español y solo sus representantes, es decir, los diputados del Congreso, tienen poder legislativo para, a través de una votación, modificar los artículos de la Constitución. Y para eso son necesarios 233 votos de los 350 escaños que componen las Cortes.

Por tanto, a falta de argumentos, no busque excusas de mal pagador y acuda al Congreso a defender los derechos de Catalunya. Y si no se ve capaz de hacerlo, parafraseando a aquel:  ¡Váyase, señor Puigdemont, váyase!