Convivir con unos cuantos kilos de más

Una persona como yo, que siempre ha estado delgada por naturaleza, me cuesta horrores haber pasado de una talla 38 a la 48, que es la que estoy usando en la actualidad, y no es por gusto. Veréis, a mí lo que me ha engordado es la medicación que llevo tomando desde hace unos tres o cuatro años. Medicación que no puedo dejar así como así porque es para ir sobrellevando mi trastorno bipolar. Entre eso y estar con unos pocos o muchos kilos, francamente, prefiero estar gorda que verme en el hospital de salud mental.

Quiero decir que he intentado hacer dietas, todas las que existen en el mundo. He probado la Atkins, la Dukan, la de puntos, la disociada... Y al final, una acaba por hartarse y lo acaba dejando todo.

Últimamente, he optado por cenar menos, que creo que es lo mejor para llevar una dieta correcta, y hacer ejercicio. Tengo una bicicleta elíptica en casa que la uso de tanto en cuanto, también los vídeos de zumba, ya que descarto del todo ir al gimnasio. Mi amiga Marta y yo tuvimos una entrenadora personal, y tampoco funcionó la cosa. He probado de todo.

Supongo que cuando deje de obsesionarme con el tema del peso, perderé algunos kilos. Por ahora llevo fenomenal mi sobrepeso, no tengo complejos de ninguna clase y me siento bien con todo el mundo. Incluso con mi pareja, Miquel, estoy contentísima; estoy sobrellevando bastante bien esta etapa, que pienso que será momentánea. Luego, las cosas, es decir el peso, volverá a ser el de siempre. O eso espero.