Demasiado ruido y gases contaminantes de las motos en Barcelona

Si pasea por Barcelona y ese día no hay motos en la calle, asunto un tanto utópico, la contaminación acústica y ambiental sería menos de la mitad. Es incomprensible, y hasta cierto punto indignante, que todo el esfuerzo que hacen para que haya menos coches en la ciudad construyendo cada día más carriles bici a costa de desaparecer carriles para coches, se vea flagrantemente estropeado por la impunidad contaminante de las motos. Solo hace falta estar en una esquina a punto de atravesar la calle y que te pasen siete motos con sus sonidos y gases contaminantes alrededor para constatar que toda la inversión que se hace para sacar los coches de la ciudad y aumentar los kilómetros de tranvía es inútil.

Los coches de Barcelona están, en teoría, pasados por la ITV, no hacen ruido habitualmente y hay una política visible hacia el control de gases y normas de conducción. ¿Qué es lo que impide a las autoridades regularizar la circulación de motos? Emisiones y ruidos deben ser regulados urgentemente para que tengamos todos una experiencia de vida óptima al hilo de todas las ventajas de una ciudad como Barcelona. No hay vida con los ruidos de las motos, como tampoco la hay al respirar las emisiones de estos vehículos de dos ruedas, y ni qué decir tiene la anarquía con la que circulan en carriles bus, taxi, entre coches zigzagueando y poniendo en peligro la seguridad de todos. ¿Hasta cuándo? Motos ordenadas y reguladas ya.