"Las fábricas de independentistas están en los colegios catalanes"

En todos los países miembros de la Unión Europea, incluso un estado federal como Alemania, se mantiene sin fisuras la gestión integral de la Educación por parte del Estado. "La gestión integral de la Educación por parte del Estado ha conseguido en Italia un asombroso y positivo resultado: mantener a la nación unida", afirma Beppe Severgnini, escritor italiano en su libro 'La testa degli Italia'. 

Teniendo en cuenta que Italia, hace 150 años, aparecía totalmente fragmentada. El hispanista inglés John H. Elliott ha declarado recientemente: "Estamos sufriendo las consecuencias de una descentralización excesiva en España y en Europa". El hispanista alerta de la disgregación creciente en todos los ámbitos. Según la OCDE, España es el país más descentralizado del mundo en materia fiscal y, por tanto, el país más propicio a la desintegración.

El Estado autonómico se fundamenta en la lealtad institucional. Después del procés en Catalunya, ya no es posible seguir como antes; esto sería absurdo y temerario. El procés ha violentado el principio de legalidad y democrático de la mayoría social, que inevitablemente obliga a revisar todo.

Después de un golpe institucional al Estado, no cabe otra cosa que corregir el sistema autonómico. Porque si el ejemplo de Catalunya se contagia, España y Europa pueden volar por los aires en mil pedazos, con todas las trágicas consecuencias que de ello se derivaría. Recordemos la antigua Yugoslavia, sin ir más lejos.  

Por ejemplo, habrá que revisar la Educación, pieza clave para la cohesión de un país. Según expertos en la materia, esta competencia debe volver al Estado. En España la educación no ha servido para mantener la unidad de la nación, sino que ha sido utilizada precisamente para todo lo contrario. Los nacionalismos han entendido perfectamente que la escuela sirve también para formar una identidad y se han aplicado a fondo y sistemáticamente a ello durante décadas.

Desde la guardería hasta la Universidad, la docencia en Catalunya es una gigantesca máquina de adoctrinamiento y una catequesis universal de separatismo contra el resto de España. Las fábricas de independentistas no están ubicadas en Madrid, sino en los colegios, los institutos y las universidades de Catalunya.