"Iglesias no puede desnaturalizar el insulto"

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) indica que desnaturalizar es "hacer perder a una cosa sus cualidades propias, añadiéndose algo o modificándola". Posiblemente y si no se saca del contexto la frase de Pablo Iglesias, pudiera tener una explicación correcta y lejana de malas intenciones. Pero por desgracia, cuando algo se saca del contexto de una manera falaz e interesada, esto se puede convertir en un 'boomerang' que rompe con los moldes propios del saber estar y respeto a los valores de la democracia y la libertad de expresión.

Iglesias, aún entendiendo que, tal vez, sus palabras están siendo descontextualizadas, se ha equivocado, puesto que en primer lugar, una comparecencia para explicar las medidas sociales, excelentes y de gran calado para afianzar los postulados de izquierda, acordadas en el Consejo de ministros, no es el momento, ni el lugar, sobretodo, cuando los medios que viven de la carnaza les ha servido, con esta metedura de pata, para tapar con alevosía las importantes acciones aprobadas.

Pienso que Iglesias se ha equivocado porque, en primer lugar, él en estos momentos es Vicepresidente de Gobierno. No puede sacar su egocentrismo en una actividad grupal de coalición, que el pueblo ha votado ilusionado. En segundo lugar, no puede intentar desnaturalizar el insulto, puesto que lo que más desprecia una democracia es el insulto, ya que demuestra impotencia. El gobierno del que forma parte debe ser coherente y humilde, y el insulto le debe rebotar pues descalifica al que lo hace.

En tercer lugar, hay que saber no caer en la trampa y en la provocación, que la derecha mediática, falaz e insultante en sus argumentaciones realizan día tras día. Caer en sus provocaciones, con argumentaciones de libertad de expresión, es un error. Por eso, no hay que desnaturalizar el insulto, hay que erradicarlo.