Contingut d'usuari Aquest contingut ha estat redactat per un usuari d'El Periódico i revisat, abans de publicar-se, per la redacció d'El Periódico.

"¡Es la economía, pacifistas!"

El presidente israelí Benyamín Netanyahu en una conferencia, 10 de agosto de 2025.

El presidente israelí Benyamín Netanyahu en una conferencia, 10 de agosto de 2025. / Haim Zach I Oficina de Prensa del Gobierno de Israel

Treinta miembros destacados de la sociedad israelí, hartos del oprobio que presencian, difuendieron hace unas semanas una declaración en la que exigen a la comunidad internacional que dé un paso al frente y aplique “sanciones drásticas” sobre Israel. El comunicado, en el que participan un antiguo presidente del Parlamento israelí y un ex fiscal general, pide a los líderes del mundo que mantengan esas medidas sobre Israel hasta que el Gobierno de Binyamín Netanyahu ponga fin a la "brutal” campaña militar y ponga en marcha “un alto el fuego permanente” en la franja de Gaza. “Nuestro país está matando de hambre a la población de Gaza y contemplando la expulsión de millones de palestinos de la Franja”, denuncia la nota.

Entretots

Publica una carta del lector

Escriu un post per publicar a l'edició impresa i a la web

El 3 de agosto, lo hace una docena de antiguos responsables de las agencias de inteligencia del país y tres antiguos jefes del ejército de Israel. Uno de ellos, Ehud Barak, manifiestn su desacuerdo con la continuidad de la ocupación de Gaza, y defienden su autoridad a la hora de asesorar al Ejecutivo sobre estos asuntos: “con profunda vergüenza, rabia y agonía”.

No sé si será demasiado tarde, Israel ha entrado en una deriva fascistoide impulsado por EEUU, que observa, desde su isla 'trumpiana', cómo evolucionan sus propios intereses en la zona. Que no son pocos, pues van desde negocios inmobiliarios a petroquímicos, y que está dispuesto a defenderlos con la fuerza de las armas y, secundariamente, con acuerdos comerciales, con los jerarcas de la zona, que suelen ser más baratos, aunque menos efectivos. Pues, aquellos que los firman forzados, suelen burlarlos por cultura empresarial e interés nacional, a veces tribal y hasta familiar.

Participacions delslectors

Mésdebats