"No todos los adolescentes consiguen superar el ninguneo de los compañeros"

Vengo del aeropuerto y en mi vuelo iba una clase con adolescentes. En las cintas de recogida de maletas he podido detectar "al colgado de la clase". Lo he avistado porque ese chico, de unos 15 años, era yo hace 30 años (los colgados de la clase nos olemos a kilómetros). La adolescencia implica la interrelación necesaria con un grupo de afines, igual que los niños y niñas de 5 años necesitan el juego.

Ese chico, en los casi 20 minutos recogiendo maletas, no se ha relacionado con nadie más que con su móvil (¡qué suerte!, en mi etapa solo me quedaba el sonrojo de la soledad pública). Nadie le ha hablado, nadie se le ha acercado y, alrededor, he observado que todas y todos se relacionaban entre sí, de un modo u otro. Pero no me he querido aventurar sinó analizar el momento en que se fueran en manada (porque los colgados de la clase siempre andan solos al final de la fila). El colgado de la clase, efectivamente, iba solo, cabizbajo, alejado del resto, aislado. Yo también sufrí los viajes de colegio (que eran un auténtico infierno) siendo la colgada de la clase (así es como me bautizaron).

¿Qué pasa cuando un grupo no se identifica con un compañero y lo lanza al pozo frío del "colgado de la clase"? ¿Por qué no empatiza con su dolor? ¿Por qué hacen todos como que no ven que está solo? ¿Eran esos adolescentes unos 'bullies'? ¡No! ¿Dónde está el plan educativo hacia el grupo explicándoles que a un compañero no se le ningunea? ¿Dónde están las herramientas para crear puentes entre adolescentes?

Cogía mi maleta y pensaba: "no sufras, ya te levantarás como yo hice, que la colgada de la clase ahora domina cuatro idiomas, viaja sin parar, es residente en el extranjero desde hace 16 años, es emprendedora y tiene una vida social que no se la acaba". Pero no todos consiguen superar el ninguneo en la adolescencia. Y los profesores, tutores y AFAs, ¿no han detectado aún que tienen a "un colgado de la clase"? Porque yo, con solo recoger una maleta, sí.