Vía Crucis para escolarizar a mis hijas en un mismo colegio

No es mucho lo que pido, no tener que dividirme en dos para llevar a mis hijas al colegio. Pero según parece mi situación no es grave, y por eso desde el Consorci d'Eduació de Barcelona no me ayudan, ni me ofrecen alternativas. Por no hacer, no contestan ni mis cartas, ni mis expedientes abiertos, ni mis solicitudes a los procesos formales. Ni mu.

Mi periplo con esta institución se inició hace 4 años cuando, con mi marido y mi hija de 3 años, nos mudamos a Barcelona. Era agosto, un mal mes para buscar colegio. Solicité alguno público, pero ya no había plazas disponibles en el barrio. El Consorci d'Educació escolarizó a mi hija de P3 en un colegio de otro barrio. Concertado, para más datos. Me aseguraron que intentarían regularizar la situación para P4. Pero no fue así, ni para P4 ni para P5.

A todo esto, nace mi hija pequeña y llega momento de matricularla en P3 y, a la a la mayor, en primero de primaria. Me decían que estuviera tranquila, que si mi hija pequeña conseguía plaza en un colegio público, sería más fácil que pudiera entrar la mayor. Por fin un golpe de suerte y consigo una plaza para P3. La solicitud para la mayor sigue el mismo curso que los 3 años anteriores: no hay vacantes para ella. Ahí continúa mi hija, en la lista donde ya es vetarana. Me atrevería a afirmar que deben de ser poquísimos los alumnos que han estado cuatro años seguidos en una misma lista de espera.

Decido abrir un expediente en el Consorci d'Educació, asisto a las subcomisiones de escolarización y escribo 4 cartas a Núria Martín, máxima autoridad en escolarización del Consorci. Solo recibo respuesta a una: una carta tipo que no me aporta nada. Entretanto, decenas de llamadas a unos y otros, horas perdidas al teléfono sin resultado alguno.

Estamos a las puertas de septiembre y, si nada sucede, mis hijas empezarán el curso en dos colegios de dos barrios diferentes. Entrarán a la misma hora, y yo tendré que dividirme en dos para que lleguen puntuales. Bueno, yo no, sino la persona a la que tuve que contratar para que lleve a la mayor al cole del quinto pino. Porque yo soy una currante como tantas madres, y me marcho de casa a las 7 de la mañana. Así que será ella la que se tenga que partir en dos. A ver cómo se lo explico.

Hasta ahora solo la Síndica de Greuges se la solidarizado con mi situación y está intentando mediar. Por desgracia, aunque sumamente profesionales, no son un órgano con poder de decisión. Pero por lo menos escuchan. Y responden, que ya es más de lo que puedo decir del Consorci, que llevan meses ignorando una situación grave. Y no es que no encuentren una solución para mi familia, no. Es que ni se molestan en buscarla.