Resultados del 21-D: Todos deben reflexionar

Ya han pasado algunos días desde las elecciones catalanas del 21-D, convocadas por el Gobierno central como consecuencia de la aplicación del 155 y con el fin de poner, según creían y querían, un mal llamado orden y una mal entendida desobediencia en el lugar que debía estar. Pues bien, tras los resultados electorales, y después de analizarlos, creo que todos deben reflexionar, puesto que la aplicación del artículo 55, en vez de unir, ha desunido.

En vez de conciliación ha provocado el odio y el rencor. Las elecciones y sus resultados, en vez de solucionar el problema, lo ha agravado. Y se ha visto que el problema es político y la respuesta debe ser política, y una respuesta de diálogo. De búsqueda de soluciones. Y la solución no es la represión. Ni tener a políticos legalmente elegidos en la cárcel o en el exilio. O el perseguir a aquellos que defendieron unos ideales, que querían decidir. Y tampoco será la de continuar por un camino que convierta al pueblo catalán en un bucle sin salida.

Hay que dialogar, solucionar la problemática y sobre todo buscar la unión de todos y todas , respetando todas las opiniones y buscar una opinión conjunta que haga que el ciudadano pueda expresarse libremente y pueda decidir y a la vez respetar al que opina diferente. Los que querían expresarse, poder decidir, ganaron, y necesitan ese respeto. Ganaron en 2015, se expresaron el 9-N, el 1-O y el 21-D. Y su respuesta y su voto, libremente exxpresando, merece un respeto. Pero, así mismo, la otra mitad también merece que se le escuche. Y en eso consiste la convivencia, y no en que aquellos que han ganado deban recular o renegar de lo que piensan solo porque los que se denominan constitucionalistas no han conseguido lo que pretendían.

No hay que humillar ni al perdedor ni al ganador. Hay que unir y dialogar y eso es lo que el pueblo catalán ha decidido. Quieran o no quieran. ¿Cómo? Ahí está el diálogo, y por tanto lo que el pueblo catalan decidió el 21-D. Todo lo demás será continuar con la insensatez y la irracionalidad y con ello acabar con los principios democráticos.