"Ridículo"

El juez Peinado se ha quedado muy 'corto' en su imputación por malversación a la 'presidenta' Begoña Gómez, por aprovecharse de los conocimientos de una asesora pagada por el erario público (o sea todos nosotros). Si considera que la esposa del presidente del Gobierno no tiene derecho a disponer de su ayuda en otros temas que no son de su incumbencia, también debería haber considerado como malversación de fondos públicos la parte que le corresponde por disfrutar de un espacio público, como el Palacio de la Moncloa, sin un cargo público que lo justifique y, por tanto, reclamarle sus gastos de agua, gas y electricidad. Y puestos a seguir siendo coherentes, ¿por qué no reclamarle también la malversación por el papel higiénico que utiliza diariamente? ¿Que todo esto es ridículo? Pues, ¿qué otro calificativo creen que merece esta curiosa imputación por malversación? ¿Mezquindad?