"Pensamiento crítico y educación mediática para enfrentar la desinformación"

La desinformación constituye uno de los principales desafíos de las sociedades contemporáneas, al erosionar los fundamentos del conocimiento público y debilitar los procesos democráticos. La difusión sistemática de información falsa o manipulada, amplificada por la inmediatez de los entornos digitales, distorsiona la percepción de la realidad y dificulta la toma de decisiones informadas tanto a nivel individual como colectivo.

Este fenómeno afecta de manera directa a la confianza social, al desacreditar instituciones científicas, educativas y mediáticas cuya legitimidad resulta esencial para el funcionamiento de una sociedad crítica y cohesionada. Asimismo, la desinformación fomenta la polarización, alimenta discursos de odio y favorece la simplificación de problemas complejos, sustituyendo el análisis riguroso por narrativas emocionales o ideológicas.

Las consecuencias de este proceso son profundas y duraderas: desde la adopción de políticas públicas ineficaces hasta el debilitamiento del diálogo social. Enfrentar la desinformación exige fortalecer la educación mediática, promover el pensamiento crítico y consolidar marcos institucionales que garanticen la integridad y la responsabilidad en la producción y difusión de información.